Emilio Jatón, intendente de Santa Fe: “No hay desarrollo sin paz”

A casi dos años de gestión ¿qué diferencia hay entre la ciudad actual y la que recibió? ¿Cuál es su impronta?

-Primero, que la Municipalidad está ordenada en todo su conjunto. Durante este tiempo los sueldos se pagaron en tiempo y forma; para pagar el último aguinaldo no solicitamos DReI; nunca se cortó la cadena de pago a proveedores -y teníamos golpeando las puertas a 800-; las obras con recursos nacionales se están cancelando en tiempo y forma; hoy no existen acreedores, salvo algunos que están en conflicto, como tren urbano, peatonal San Martín y deuda publicitaria de la gestión anterior. Segundo, estamos planificando una ciudad: de la que tenemos a la que queremos hay una ciudad posible, y estamos trabajando en esa posible para llegar a la que queremos. Antes no había una planificación, había obras que apuntaban a distintos sectores y no tenían conexión, hoy estamos creando todo un frente urbano que va a servir de conexión con el resto; esa es la gran diferencia, que hoy sabemos adonde vamos, planificamos y estamos mucho más ordenados de lo que recibimos.

-¿Y qué se proyecta para los años que quedan? 

-El 2022 ya no va a tener ese comienzo en un lugar para llegar al otro, ya va a incluir al otro. El Presupuesto 2022 es para toda la ciudad, incluye grandes obras de bacheo, asfalto, iluminación y plazas esenciales en el centro. Pero estamos tratando que todos tengan el mismo punto de partida porque terminar con las asimetrías nos va a llevar mucho tiempo y hay que planificar y coordinar. Empezamos con el noroeste, con Camino Viejo a Esperanza, Estanislao Zeballos y Beruti: eso es un gran conglomerado de personas, un lugar donde va a ingresar el transporte. Seguimos con Loyola, La Ranita, Yapeyú. Pero ya estamos llegando a barrio Transporte, más al centro de la ciudad.

A una gestión que tiene por lema achicar las asimetrías ¿cómo le cayó el último dato de pobreza del Indec que pone a Santa Fe como el tercer conglomerado más pobre del país?

– No son datos alentadores pero tampoco son datos que no conocíamos, sabemos lo que pasa en términos sociales en la ciudad. Por eso, cuando digo que todos tienen que tener un mismo punto de partida hablo de inclusión, porque la inclusión pasa por la mesa y por la comida, pero también con que el Estado esté presente con obras públicas, con políticas de cuidado y de manutención. Estamos priorizando la cuestión social. Tenemos un trabajo de contención muy amplio en los barrios, y no sólo con la comida sino con las problemáticas sociales.

-Ese dato de pobreza también habla de la falta de oportunidades y de empleo que hay en la ciudad, y el Municipio puede conectar el mundo laboral, la formación y los emprendedores. ¿Qué pasó con las Escuelas de Trabajo?

-En estos tiempos de pandemia apostamos a la economía popular y habrán visto que gran parte de aquellos que tienen alguna habilidad o que producen alimentos en pequeñas cantidades, están en nuestras ferias en los barrios, tenemos más de 30 y dan la posibilidad de que la gente se reactive ofreciendo sus productos y vendiendo. Y lo están haciendo en espacios públicos. Tenemos otro espacio en Santa Fe Activa, con impresoras 3D y tecnología de punta para que aquel que quiera desarrollar un prototipo lo pueda hacer.

Las Escuelas de Trabajo no están cerradas. Daban cursos, pero pocas veces terminaban insertados en las empresas. Ahora se coordina con Ader, con la Cámara Industrial y de la Construcción qué perfiles se necesitan hoy, porque el mercado laboral evoluciona. Tenemos un déficit de conductores de taxis y estamos capacitando en eso, por ejemplo. Además tenemos 10 estaciones donde se dan capacitaciones laborales que están más vinculadas con las necesidades del mercado laboral. Y pusimos en marcha el Banco de Herramientas, una incubadora de trabajo donde se le aporta capacitación y bienes de capital concreto. Y eso se hace en las Escuelas de Trabajo. Les pido a aquellos que dicen que están cerradas que vayan a los lugares y vean

-¿Cómo maneja las tensiones que se generan entre las necesidades de la producción, del comercio o de los bares con los controles que se deben hacer?

-Lo importante de esos espacios nuevos es que existe una coordinación con los dueños y con los vecinos. Las decisiones se toman en conjunto con los vecinos. Cuando Aristóbulo del Valle abrió sus puertas había algunos vendedores ambulantes. Entonces consensuamos que puedan permanecer los que vendían productos diferentes, y ellos lo aceptaron.

Se dan esas tensiones naturalmente porque hay una ciudad que nace y otra que quiere vivir como vivía anteriormente. Heredamos algunas en barrio Candioti en las que intentamos mediar. Hay que tratar que ninguno pierda sino que todos puedan tener la posibilidad de ser ciudadanos en el mismo momento. Y los controles se hacen.

Seguridad y el rol del municipio

– Siempre se dice que la seguridad no es competencia directa del intendente. Pero este municipio tiene un centro de monitoreo y una GSI. ¿Están funcionando bien? En el debate, uno de los candidatos a concejal dijo que no funcionaban 50 cámaras…

– No hay desarrollo sin paz. Las dos cosas van de la mano, todo lo que se pueda hacer para tener más seguridad nunca alcanza. Cuando llegamos teníamos el 50% de las cámaras que no funcionaban, hoy ya casi funcionan todas y vamos a incrementarlas, también las alarmas comunitarias. Tenemos cámaras obsoletas e incompatibles con el sistema provincial y estamos trabajando para compatibilizar los dos sistemas con la idea de que ellos monitoreen la seguridad y nosotros la ciudad para no superponernos. Pero se necesita inversión.

En términos de obra pública estamos conectando la ciudad y llegando a diciembre con el 40% de la ciudad con iluminación LED y con mucha reparación de las otras. Pero sabemos que la fragmentación social también golpea, hay un deterioro del capital social en la ciudad y lo tenemos que abordar entre todos, por eso apostamos a las políticas de cuidado.

Movilidad y transporte

-La movilidad en la ciudad no está funcionando bien: los colectivos tienen largas demoras y los empresarios dicen que ya no es negocio; no se consiguen taxis y remises; los ciclistas reclaman más bicisendas? ¿Cuál es el plan?

-Hace un año hicimos un convenio con las tres universidades y empezamos a trabajar en una mesa de movilidad. La semana pasada dimos el primer paso: nos entregaron un diagnóstico, con algunas conclusiones: el 67% de las personas tiene algún subsidio para subir al colectivos, sólo se está transportado al 43% de los pasajeros que se transportaban antes de la pandemia, de las 17 líneas de colectivos algunas no cumplen con sus frecuencias. Por eso estamos trabajando para tener un nuevo sistema de transporte con los empresarios. No podíamos tomar decisiones sin datos y hasta tanto no saliéramos de la pandemia no podíamos saber con qué nos íbamos a encontrar, porque la pandemia cambió todo. Esto nos permite tomar definiciones y avanzar en la segunda y tercera etapa, con un plan de movilidad dotado de mayor tecnología basado en la coexistencia de todos los subsistemas: taxis, remises, colectivos, tren y bicicletas.

-¿Habrá más ciclovías?

-Estamos planificando incrementar un 30% las ciclovías. Por ejemplo, muy pronto vamos a tener una ciclovía paralela, de dos metros de ancho, en el Parque Federal, que va a conectar todo el parque con las otras ciclovías para que tengamos dos alternativas, porque la que hay hoy es muy angosta. También hay previstas en Avenida Galicia, en el norte, y en J.J. Paso, para entrar hacia el parque del Sur.

Respecto a la GSI, no tiene armas; su rol es el de custodiar los bienes institucionales de la Municipalidad. Durante el año y medio de pandemia tomaron el rol de controladores sociales y lo noto por las horas extra que les he pagado. A futuro quiero cambiarles ese rol, me parece que tienen que tener más cercanía con la comunidad, de escucha, a veces es confundida con la policía y no tienen armas, no pueden accionar, quiero que tengan un rol más cercano entre los vecinos y la policía.